Con profundo dolor, queremos expresar nuestro más sentido pésame a la familia de nuestro querido amigo Ramón, mejor conocido como Max.
Si alguna vez estudiaste en el Campus II o pasaste por su cafetería, seguramente conociste su puesto de comida: un lugar donde nunca faltaban las promociones, el buen trato y sobre todo, la generosidad.
Max no solo vendía alimentos, también brindaba confianza. Si un día no te alcanzaba el dinero, te fiaba sin dudar. Y si de plano ya no te alcanzaba para la semana, él te invitaba con gusto. Cuando había mucha gente, con su estilo tan característico te decía: ¿Qué te cobro? o ¿Ya te entregaron tu pedido?
Hoy despedimos a un gran ser humano que dejó huella en generaciones de estudiantes con su amabilidad y su enorme corazón.
Descansa en paz, Max. Siempre te recordaremos.