En completo hermetismo y bajo un manto de sospecha, este miércoles se vivió un hecho sin precedentes dentro del Edificio Administrativo de Pemex en la calle 33 de Ciudad del Carmen, Campeche.
Varios socios confirmados de Pemex, entre ellos nombres de peso como Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y Enrique Coppel, fueron vistos ingresando por el elevador privado del Subdirector del complejo, para después dirigirse a la Sala Cantarell, lugar reservado para las reuniones más delicadas de la paraestatal.
Lo más grave y alarmante es que el área de Comunicación Social de Pemex Carmen guarda un silencio absoluto, como si se tratara de un encuentro clandestino que no debía trascender a la opinión pública.
De acuerdo con fuentes extraoficiales, la reunión giró en torno a un tema explosivo: los niveles de endeudamiento de Pemex y el impago a proveedores. Cabe recordar que apenas hace unos meses, la empresa de Carlos Slim reveló que Pemex lleva entre uno y dos años sin pagar a compañías del sector de perforación, lo que ha encendido las alarmas sobre la viabilidad financiera de la petrolera más importante del país.
La pregunta que queda en el aire es clara y contundente:
¿Qué significa que los principales magnates y socios de Pemex se reúnan en secreto con subdirectores y gerentes en Carmen?
¿Se trata de una negociación de rescate financiero, o de un posible desmantelamiento y privatización disfrazada de la empresa productiva del Estado?
Mientras tanto, la ciudadanía exige respuestas inmediatas, porque lo que ocurrió en el corazón de la isla petrolera no puede ser minimizado ni ocultado.
Lo cierto es que la visita relámpago de los socios multimillonarios a las entrañas de Pemex marca un antes y un después: algo muy grave se está gestando dentro de la paraestatal, y el silencio oficial no hace más que aumentar la desconfianza.
