Ni la medicina ni la manipulación emocional convencen al Poder Judicial. La presunta responsable del homicidio de Wilberth deberá presentarse mañana ante el estrado o enfrentará una orden de aprehensión.
Ciudad del Carmen, Cam., 25 de julio de 2025.
La paciencia del sistema judicial se agota y la impunidad parece tener los días contados para Dinorah Ongay Hurtado. Este sábado 26 de julio, la imputada por homicidio imprudencial y omisión de auxilio tras un trágico accidente que costó la vida a un joven motociclista, deberá comparecer de forma presencial ante la jueza Patricia Pérez Benítez, quien rechazó rotundamente los intentos de la defensa por evitar su asistencia física al tribunal.
¿Salud mental o estrategia de evasión?
En un intento por evitar la presencia de Dinorah en la audiencia pública, su defensa presentó un controvertido informe psiquiátrico firmado por el doctor yucateco Luis Felipe de Jesús Puga Machado, en el que se asegura que la imputada sufre de una condición emocional que le impide asistir presencialmente y que está bajo tratamiento y reposo.
Sin embargo, la jueza no dio validez a ese dictamen, considerándolo insuficiente y posiblemente manipulado, ya que las imágenes del accidente muestran claramente a Dinorah huyendo tranquilamente del lugar acompañada del empresario Roberto Ongay, su familiar. Hoy, de manera incongruente, argumenta por correo electrónico que su estado de salud no le permite rendir cuentas ante la justicia.
Una jueza sin temor a las presiones
La jueza Patricia Pérez Benítez ha sido firme y contundente: la salud emocional no puede usarse como escudo para eludir la justicia. En su resolución, recordó que el accidente ocurrió el pasado 8 de julio, por lo que Dinorah ha tenido tiempo suficiente para recuperarse si realmente existiera un padecimiento. Lejos de ceder ante presiones sociales, médicas o de poder, la jueza advirtió que de no presentarse solicitará su detención inmediata, sin importar su apellido ni sus vínculos.
¿Fin de los privilegios?
Este caso, que ha generado una enorme indignación ciudadana por el manejo discrecional, el retraso procesal y el aparente trato privilegiado hacia la acusada, marca un punto de inflexión en la justicia local. La resolución judicial del sábado será una prueba de fuego: ¿se impondrá la ley o volverá a ganar la impunidad?
En las calles, en redes sociales y entre familiares de la víctima, crece el clamor: “Que Dinorah dé la cara. Que enfrente a la justicia como cualquier ciudadano”. Mañana será el día clave. Si no aparece, la jueza ya lo advirtió: habrá consecuencias.
