Imagina ser Yoselin. Imagina despertar con la ilusión de un domingo perfecto, de sentir la arena tibia bajo tus pies, el sol acariciando tu piel, el sonido del mar llenando de calma tu corazón. Imagina reír con amigos, compartir momentos, tomarte fotografías para guardar recuerdos de un día feliz.
Imagina que tienes 31 años y la vida aún te debe muchos amaneceres, muchos abrazos, muchos sueños por cumplir. Imagina que caminas tranquilamente por la playa de Chachalacas, Veracruz, sin sospechar que, en cuestión de segundos, todo te será arrebatado.
Porque alguien, en algún lugar, tomó una decisión irresponsable.
Porque unos padres permitieron que una menor de 12 años, sin conciencia del peligro, sin control, sin preparación, condujera una cuatrimoto a toda velocidad. Porque nadie detuvo la imprudencia, porque nadie pensó en las consecuencias hasta que fue demasiado tarde.
El estruendo del motor se mezcla con los gritos. No hay tiempo para correr, para reaccionar, para salvarse. Solo hay impacto. Solo hay dolor. Y luego, el silencio.
La arena que antes acariciaba tus pies ahora es testigo mudo de lo que te arrebataron. El mar sigue su vaivén indiferente, el sol aún brilla, pero tú ya no estás.
IMAGINA QUE ESO LE PASÓ A YOSELIN SOTO.
No fue un accidente. Fue negligencia. Fue irresponsabilidad. Fueron decisiones erróneas que costaron una vida.
Hoy Yoselin no puede pedir justicia. Pero nosotros sí.
Porque su historia no puede repetirse. Porque nadie más debe perder la vida por la inconsciencia de otros.! ️
