Crisis de Credibilidad: Fernández Noroña Sale entre Abucheos del Congreso del PT
El Congreso Nacional del Partido del Trabajo (PT) evidenció un profundo desgaste en la figura pública de Gerardo Fernández Noroña, quien, pese a su conocido discurso de unidad, fue severamente abucheado por una parte considerable de los asistentes. A pesar de sus esfuerzos por mantener el control del escenario, la respuesta de la militancia reflejó un creciente rechazo hacia su protagonismo político.
Durante su intervención, Fernández Noroña reiteró el llamado a la cohesión entre Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, subrayando que “somos un solo movimiento, una sola lucha, un solo objetivo”, y advirtiendo que quienes pensaran diferente “están profundamente equivocados”. No obstante, su exhortación fue recibida con una mezcla de aplausos tibios y un coro de desaprobaciones que, de manera evidente, minaron su autoridad en el evento.
El legislador intentó sostener su postura apelando a la “unidad” y a su supuesta vocación de servicio “con pasión, honestidad y compromiso”. Sin embargo, la inconformidad de los presentes no cesó. Los gritos de “¡fuera, fuera!” se intensificaron, forzándolo a confrontar una situación insostenible ante la audiencia que, lejos de respaldarlo, lo invitó abiertamente a retirarse.
Intentando justificar su presencia, Fernández Noroña desvió el foco de la crítica hacia los tradicionales adversarios del bloque de izquierda, señalando las “majaderías” del PRI y del PAN. No obstante, esta estrategia no surtió el efecto deseado. La presión de la militancia aumentó con consignas de “¡Vete, vete!”, a lo que el senador replicó reconociendo al PT y reiterando su condena al sectarismo interno. Finalmente, con un discurso inconcluso y envuelto en una mezcla de aplausos marginales y sonoros abucheos, Noroña optó por abandonar el recinto.
El episodio no solo pone en entredicho la eficacia de Fernández Noroña como operador político dentro de la izquierda mexicana, sino que también exhibe las profundas fisuras internas que amenazan con erosionar los cimientos de la supuesta unidad entre los partidos aliados. La escena refleja el hartazgo de una militancia que, lejos de respaldar mensajes vacíos, exige acciones congruentes con los ideales que se proclaman.
